El sabio Caldas, el prócer de la independencia científica

Se le califica como uno de los científicos más importante de la historia de Colombia por sus trabajos en la astronomía, la geografía y la ingeniería. Se esforzó por promover el desarrollo intelectual del país porque consideraba que la verdadera independencia se lograba erradicando la ignorancia.

Por: Alejandro García Hernández

Francisco José de Caldas nació en Popayán, el 4 de octubre de 1768. Sus padres fueron José de Caldas y Vicenta Tenorio. Realizó sus estudios de latinidad y filosofía en el Real Colegio Seminario San Francisco de Asís de Popayán, bajo la dirección de José Félix de Restrepo, quien en sus clases dictaba física y matemáticas lo que despertó el interés de Caldas de estudiarlas. Sin embargo, para darle gusto a su familia, se trasladó a Santafé en 1788 para estudiar derecho en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, de donde se graduó en 1793.

Caldas

Caldas regresó a Popayán, donde desempeñó como juez de menores, asistente en el gabinete de un abogado e impartió una cátedra de derecho civil hasta 1795, según Pohl (2009).

Entre 1795 y 1801, Caldas se dedicó a manejar los negocios de su familia y a la labor de comerciante. Al mismo tiempo, el movimiento del redescubrimiento científico de América lo inspiró para dedicarse a la ciencia. Sin embargo, no contaba con muchos recursos bibliográficos ni técnicos. De forma que compró los pocos libros e instrumentos de medición que se podían conseguir en el país y de forma personal y autodidacta inició su formación cómo científico.

Caldas aprovechó sus actividades económicas para hacer estudios de todas las regiones que visitaba, de las cuales determinaban su latitud, longitud y altitud, y observaba su meteorología, geografía, topografía, astronomía, costumbres, medicina y arqueología. Sin embargo, descuidaba sus negocios por adelantar sus estudios, por lo que no obtuvo éxito comercial.

En mayo de 1797 habló de la posibilidad de conectar las aguas de los dos océanos rompiendo el pequeño estrecho que separa los ríos Atrato y San Juan, de acuerdo a Bateman (1966).

Para adelantar sus estudios, Caldas consiguió los instrumentos básicos de medición y construyó sus propios instrumentos para obtener mejores resultados como la construcción de un Cuarto de Círculo. Esta costumbre de construir y arreglar sus instrumentos le permitió inventar en 1800 el hipsómetro, el cual fue el primer instrumento capaz de medir la altitud sobre el nivel del mar de un lugar observando la temperatura a la que empieza a hervir el agua.

Sus primeros artículos de la literatura científica se publicaron en los periódicos “El Papel Periódico de la Ciudad de Santafé” y “el Correo Curioso”. Con ellos inició a darse a conocer cómo un referente científico del país.

Durante estos años lo que más le llamó la atención fue refutar a los naturalistas europeos que planteaban que América era inferior a Europa. Por el contario destacaba que América hacía importantes aportes al universo del conocimiento y gozaba de una gran riqueza en recursos naturales. Caldas reconoció la diferencia y diversidad del hombre y la naturaleza americana, como la fauna y flora, las cuales se transformaban de forma increíble de acuerdo con los distintos pisos térmicos.

Insistió en la privilegiada y estratégica situación geográfica del Virreinato porque ofrecía una gran variedad de paisajes y climas en distancias relativamente cortas, lo que facilitaba la actividad del comercio, a lo cual se sumaban las posibilidades del Istmo de Panamá y el Chocó para construir canales interoceánicos, conforme a Rueda.

En 1801 Caldas decidió emprender el estudio de la botánica porque los instrumentos que tenía no permitían continuar con sus estudios de astronomía. De esta forma, Caldas comenzó a recopilar plantas de forma autodidactica.

El 5 de agosto de 1801 entró en comunicación con el director de la Real Expedición Botánica, José Celestino Mutis, con quien habla sobre la quina. El 31 de diciembre de 1801, conoció en Quito al sabio alemán Alejandro von Humboldt y a Aimé Bonpland, quienes se sorprendieron por el trabajo geográfico, botánico, y astronómico elaborado por Caldas, reconociendo su dificultad por estar alejado de los círculos intelectuales europeos y por el uso de instrumentos rudimentarios. Caldas inició una estrecha relación con los científicos que le sirvió para cualificarse en el estudio sistemático y técnico de la botánica. Hizo varias excursiones con ellos, pudo consultar los libros que traían y se dotó con instrumentos modernos de medición.

Caldas en la expedición botánica

En 1802, José Celestino Mutis y José Ignacio de Pombo contrataron a Caldas para que adelantara una exploración en el sur del Virreinato para la búsqueda de plantas medicinales que pudieran ser explotadas y comercializadas como la quina. Por tres años Caldas recolectó plantas, elaboró herbarios, hizo mediciones geodésicas, barométricas y astronómicas, determinó los pisos térmicos, llevó a cabo una clasificación de los climas según la altitud y desarrolló su geografía de las plantas.

Suarez (2016) afirma que en 1803 fue contratado por el presidente de la Audiencia de Quito Francisco Luis Héctor para diseñar el mapa del camino de Malbucho entre Ibarra y la costa pacífica, concebido para estimular el desarrollo económico de la zona.

A fines de 1805, Caldas fue vinculado como astrónomo a la Real Expedición Botánica, con residencia en Santafé. Al llegar a la ciudad a comienzos de 1806, Mutis lo nombró director del Observatorio Astronómico, el primero en Suramérica. Tenía la misión de determinar las fronteras de los territorios, elaborar mapas y realizar observaciones meteorológicas para el desarrollo de la agricultura. Caldas recopilo datos astronómicos, meteorológicos y topográficos.

Con la muerte de Mutis, Caldas fue ratificado como director del Observatorio, asociado a la continuación de la flora de Bogotá y catedrático de matemáticas elementales y de filosofía natural en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.

Caldas en la independencia de Colombia

Desde 1808 hasta 1810, Caldas fundó y dirigió el Semanario del Nuevo Reino de Granada para difundir el pensamiento científico y cultural de la época y el conocimiento sobre los recursos, climas y geografía del país, crear una comunidad científica y promover la agricultura, el comercio y la prosperidad. Desde marzo de 1810 hasta mediados de 1811 escribió once artículos llamados “Memorias Científicas”. Estos trabajos de Caldas representan su obra científica más importante.

El sabio Caldas tuvo una participación decisiva en los hechos del 20 de julio de 1810 porque permitió que los conspiradores se reunieran en el observatorio astronómico que dirigía. Allí prepararon minuciosamente el plan para provocar el levantamiento popular. Decidieron que debían provocar la ira del español José González Llorente porque tenía el mejor almacén de la calle real que se ubicaba en la esquina de la plaza principal y por negocios era adversario de Antonio Morales, quien se encargaría de exaltar al español. Ejecutaron su plan el 20 de julio porque era día de mercado y la plaza iba a estar llena de compradores y vendedores.

Luis Rubio y los hermanos Morales fueron a la tienda de González Llorente y le solicitaron el préstamo de un florero para adornar la mesa que serviría de homenaje a Antonio de Villavicencio. González Llorente se negó a prestar un florero, ante la negativa, los hermanos Morales armaron un escándalo y con ayuda de agitadores se dio el levantamiento popular alegando que los españoles ofendían al gobierno. Los conspiradores no querían provocar el linchamiento de González Llorente, por lo que planearon que el alcalde Pey lo llevara a la cárcel para proteger la vida del español.

Los conspiradores planearon que el levantamiento fuera corto para restablecer el orden con un nuevo gobierno controlado por los criollos y sofocar la insurrección del pueblo para minimizar los daños a la ciudad. Para garantizar esto se encargó al Capitán Antonio Baraya a que estorbara a las milicias del Virrey, mientras se proclamaba un cabildo abierto y se establecía una Junta Suprema de Gobierno. Para evitar que las milicias de Amar iniciaran una confrontación en la ciudad, la Junta se revistió de un carácter legítimo al reconocer la autoridad de Amar, el cual se reforzó con el apoyo del clero, y exclamaron que sólo querían que no se entregara el poder del Virreinato a los Franceses. Caldas personalmente se encargó de publicar los hechos que ocurrieron.

En 1810 contrajo matrimonio con María Manuela Barahona, con quien tuvo cuatro hijos. Entre agosto de 1810 y febrero de 1811, Caldas fundó, dirigió y editó, junto con Joaquín Camacho, el “Diario Político de Santafé”. El cual fue el primer periódico de la república y fue considerado el órgano de difusión de la revolución. Se encargó de publicar las comunicaciones de la Junta Suprema de Gobierno, la historia del movimiento, artículos sobre economía y política y noticias sobre la marcha de la revolución.

Caldas continuó con algunas dificultades económicas para su actividad científica porque la Casa Botánica ya no era lo mismo que en vida de Mutis. Trató de defender el proyecto de la Expedición Botánica, pero el Instituto fue cerrado a fines de 1810, y aunque se intentó reabrirlo durante la presidencia de Jorge Tadeo Lozano, la idea no prosperó, según Rueda.

En 1811, Caldas fue nombrado capitán del Cuerpo de Ingenieros encargados de elaborar estudios topográficos. De acuerdo a Suarez (2013), Caldas consideraba que su aporte a la independencia era la promoción de la ingeniería militar del país para establecer una estrategia de defensa que asegurara la independencia.

Desde el Observatorio Astronómico elaboró el almanaque de las Provincias Unidas del Nuevo Reino de Granada para los años 1811 y 1812, en los cuales aportaba datos útiles para la agricultura y para el progreso del país. También comenzó a elaborar el atlas de Nueva Granada.

Caldas Criticó la administración impuesta por España en sus colonias. Al principio Caldas abogó por la conformación de una Junta Local de Gobierno que adhiriera al rey Fernando VII. Posteriormente, apoyó la independencia total de la República. Sin embargo, consideraba que esta sólo se podía lograr si se erradicaba la ignorancia en el país, pues está había facilitado el dominio Español en las colonias. De forma que en su concepto la independencia de Colombia requería garantizar la verdadera independencia política y científica.

Para Caldas la labor científica requería garantizar una remuneración adecuada, el patrocinio oficial y el reconocimiento frente a la sociedad. Para él la ciencia era un elemento fundamental para el proyecto nacional, representando la llave del progreso y la emancipación.

En materia geográfica, Caldas tuvo importantes aciertos. Subrayó la importancia de reconocer geográfica y etnográficamente a América para salir del estado de letargo y dependencia, solucionar los problemas propios del medio y lograr el progreso y el desarrollo comercial.

Caldas rescató muchos elementos de las culturas precolombinas, cuyo testimonio se podía rastrear a través de la arqueología. Fue uno de las primeras personas que llamó la atención sobre la estatuaria de San Agustín, conforme a Rueda.

La prematura Guerra Civil de Nariño

Aún sin asegurar la independencia, la dirigencia de Santafé, encabezada por Antonio Nariño, vio amenazado su poder heredado de la estructura colonial, lo que ponía en riesgo sus intereses políticos y económicos. Por ello decidieron expandir su dominio mediante la agregación de ciudades y crearon el Estado de Cundinamarca bajo un régimen centralista, con la intención de concentrar todo el poder del país en Bogotá.

Suarez (2013) afirma que los líderes provinciales que apoyaban el modelo federativo estadounidense formaron el Congreso de las Provincias Unidas en octubre de 1812 con el objetivo de preservar dichas jerarquías, defender el autogobierno, reservarse el Gobierno General y la potestad de todas las Provincias de modificar su estructura.

Caldas partió con la expedición de Baraya con la misión de reducir al Congreso de Tunja y anexar las Provincias que la conformaban a Cundinamarca. El 12 de mayo de 1812, Caldas se reveló a la autoridad de Nariño porque consideraba que sus posiciones arbitrarias eran las de un monarca absolutista y firmó el acta de Sogamoso que desconocía su autoridad y apoyaba al Congreso. El 6 de octubre fue nombrado miembro de la Comisión Militar con grado de teniente coronel. Acompañó las tropas de Baraya hacia Santafé, quienes decidieron tomar la capital por la fuerza el 9 de enero de 1813 pese a la oposición de Caldas, las cuales fueron derrotadas por Nariño.

Caldas logró escapar y se marchó a Antioquia, donde fue acogido por el gobernador Juan del Corral. Entre 1813 y 1814, Caldas adelantó proyectos de infraestructura como las fortificaciones del río Cauca ubicadas en Bufú, Cana, Velásquez, Telégrafo, Retirada y Arquía, las instalaciones para la fabricación de cañones, fusiles y pólvora, hallaron un depósito de Níquel para poder fabricar la pólvora y montó unas máquinas para acuñar monedas.

Se le considera el padre de la Ingeniería nacional por fundar y dirigir la Academia de Ingenieros Militares de Medellín y su primer plan de estudios, el cual se especializaba en geografía, táctica, arquitectura militar, ingeniería hidráulica y civil y artillería. Caldas también fue designado para dirigir la apertura de un camino hacia el Chocó. Gracias a su labor el gobernador lo ascendió a coronel y lo nombró ingeniero general.

La Pacificación

En febrero de 1815, el rey Fernando VII envió la mayor flota de guerra que hasta el momento había cruzado el Atlántico bajo el mando de Pablo Morillo. La flota contaba con 60 buques y 15.000 soldados.

Pablo Morillo era un genio militar que tenía a su disposición un gran ejército que prometía fortalecerse al unirse a las fuerzas realistas que se encontraban en América. El primer enfrentamiento de este ejército con los patriotas de Colombia marcó el inicio del fin de la primera república colombiana.

Camilo Torres le ordenó a Bolívar ir a Cartagena para liderar la contienda contra Pablo Morillo y Santa Marta, que era la mayor ciudad realista del país. Sin embargo, Bolívar tras ver la magnitud del ejército realista escapó hacia Jamaica.

Para la época, Cartagena de Indias era la fortaleza militar más poderosa del Caribe y era el símbolo militar de los patriotas. Para muchos era impensable que Pablo Morillo iniciara su reconquista con un enfrentamiento directo en Cartagena. No obstante, Morillo contaba con un mayor número de efectivos que los que se encontraban en Cartagena y sabía que la caída de la ciudad debilitaría tanto al ejército patriota que sólo tendría que machar directamente a Santa Fe para tomarla.

De esta forma, Morillo decidió asediar a Cartagena y de forma inesperada logró tomar la ciudad, sin mayores bajas, gracias a su ingenio. Imitando a Julio Cesar en ‘sitio de Alesia’, Pablo Morillo decidió bloquear por mar y tierra a la ciudad para que sus pobladores se murieran de hambre y después de 105 días la ciudad cayó en las manos de los españoles. La noticia de la derrota de Cartagena se esparció por toda la Nueva Granada y logró debilitar el Ejército patriota por la huida de soldados y contingentes completos, cómo las guerrillas del llano.

Durante la reconquista, Morillo sólo contó con dos fuerte oposiciones, el asedio a Cartagena y la resistencia de Casanare que consiguió mantener su independencia, en el resto del territorio neogranadino el Ejército realista avanzaba sin mayores complicaciones.

En 1815, Caldas fue llamado por el presidente Camilo Torres y Tenorio para hacerse cargo de la fundación de una Escuela Militar, continuar el atlas de la Nueva Granada, levantar puentes en las llanuras inmediatas a la capital y diseñar planes de defensa para la zona de Techo y la angostura del Nare.

A finales de ese año, Caldas fue enviado por el presidente José Fernández Madrid a prestar sus servicios en el ejército del norte que enfrentaba al ejército realista. Allí fortificó los caminos de Guanacas y del Quindío. Ante el incontenible avance español, Caldas huyó al sur. Tras la batalla de la Cuchilla del Tambo, Caldas se refugió en finca de Paisapamba donde fue delatado, fue apresado durante tres meses en el convento de San Francisco, fue trasladado a Bogotá, juzgado sumariamente por un Consejo de Guerra, condenado a muerte y fusilado el 29 de octubre de 1816. Sus restos fueron depositados en una fosa común en la iglesia de la Veracruz, pero en 1904 fueron encontrados y trasladados a Popayán donde permanecen en la actualidad.

En su memoria, la Unesco declaró el 2018 como el año para conmemorar su legado. Por su importante trabajo es considerado el padre de la ingeniería, de la geografía y de la astronomía en Colombia. A lo largo de su vida Caldas se esforzó por promover el desarrollo intelectual del país porque consideraba que la verdadera independencia se lograba erradicando la ignorancia.

El mayor defecto de Caldas fue haber sobrevalorado el conocimiento Europeo, lo que produjo que se subestimara a sí mismo y a la vez despreciara el conocimiento de los indígenas sobre astronomía y botánica, con quienes hubiese podido llenar el vacío científico ocasionado por estar aislado de una comunidad científica.

Bibliografía

Rueda, José. “Francisco José de Caldas”. Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República.

Bateman, Alfredo “Francisco José de Caldas” en “Obras completas de Francisco José de Caldas”. Universidad Nacional de Colombia. Imprenta Nacional. Bogotá. 1966. http://bdigital.unal.edu.co/79/22/francisco_jose_de_caldas.pdf

Suárez, Iván. “Francisco José de Caldas y la geografía militar en la provincia de Antioquia (1813-1815)”. Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural vol.26 no.1 Bogotá. 2013. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-97632013000100004#s1

Pohl, Stefan. “¡Soy Caldas!”. Alcaldía Mayor de Bogotá. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Diciembre de 2009. http://www.banrepcultural.org/bicentenario/libro-al-viento/soy-caldas.pdf

Suarez, Iván. “Francisco José de Caldas y Thenorio (1768-1816)” en “Cartas de Caldas ilustradas”. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá. 2016.

Plazas, Raúl y Forero, Judith (compiladores). “Caldas: personalidad de un sabio”. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. 2017. Bogotá

Valencia, Darío (editor). “Francisco José de Caldas 1768-1816: bicentenario de su muerte, memorias”. Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Universidad de Antioquia. Parque Explora. Tercera Jornada Caldas. Medellín. 31 de marzo de 2016.

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