El sabio Mutis, el primer científico de Colombia

Fue el científico, botánico, médico, astrónomo y matemático más importante del Virreinato de la Nueva Granada. Fue el fundador del estudio de la medicina científica, de la botánica y de la astronomía en Colombia. Sus ideas de la ilustración educaron una generación de criollos que posteriormente iniciaron el proceso de la independencia.

Por: Alejandro García Hernández

José Celestino Bruno Mutis y Bosio nació el 6 de abril de 1732 en Cádiz, España. Sus padres fueron Julián Mutis y Gregoria Bosio. Inició sus estudios de letras, humanidades y filosofía en el Colegio de Santiago de Cádiz, de la compañía de Jesús. Luego estudió medicina en el Colegio Real de Cirugía de Cádiz, donde tuvo un primer acercamiento a la física, la química, la botánica, la anatomía práctica y la enseñanza clínica.

mutis

Foto: R. Cristobal, JoseMesaR y Sebaxo93.

La escuela de Cádiz no tenía autorización para otorgar el grado de medicina, razón por la cual Mutis tuvo que terminar su carrera en la Universidad de Sevilla. El 17 de marzo de 1753 obtuvo el título de bachiller en Artes y Filosofía, requisito indispensable para optar por el de medicina, el cual consiguió el 2 de mayo de 1755. Regresó a Cádiz para realizar su práctica de medicina en el Hospital de Marina de Cádiz, donde se interesó por la astronomía. Finalmente, en 1757 se doctoró como médico del Tribunal Real Proto-Medicato.

En 1757 Mutis viajó a Madrid y fue nombrado profesor suplente de la cátedra de anatomía del Hospital General de la Armada, siendo el titular Don Bernardo López de Araujo. Alternaba su actividad docente con la asistencia al Jardín Botánico del Soto de Migas Calientes de Madrid, donde perfeccionó sus conocimientos de botánica, zoología, matemáticas, física, astronomía y ciencias naturales.

En Madrid escribió “Memoria Académica acerca de la irritabilidad de los nervios”, “Disertación sobre la estructura y uso de las partes que componen el oído”, “Plan de una obra de medicina”, “Disertación sobre la planta Ganista Linn o Carqueysa”, “observaciones de un eclipse de sol”, “Experimentos sobre la irritabilidad y sensibilidad de las partes del animal”, “Proyecto para la fundación de la sociedad del restablecimiento de la medicina de Madrid” y “Establecimiento de un Colegio o Escuela de cirugía para el adelantamiento del arte”, según Gómez et al. (2011).

Viaje a América

En 1760 Mutis decidió partir hacia América como médico personal del virrey del Nuevo Reino de Granada, Pedro Messía de la Cerda, rechazando una beca de especialización en París y viajes a Londres y a otras cortes a continuar su carrera como médico.

Mutis zarpó hacia América porque, gracias a las obras que leyó sobre el Nuevo Mundo y el interés redescubridor, consideraba que en el Nuevo Continente podía consagrarse como científico estudiando la flora y fauna americana, actividad que ya había realizado en Castilla y Andalucía, y el virrey le prometió que le daría el tiempo y las condiciones necesarias para que se pudiera dedicar a la investigación. Al comenzar su viaje inició a escribir su diario de observaciones, en el cual consignó, hasta 1791, sus impresiones y todos los proyectos científicos que emprendía. Llegó a Bogotá el 24 de febrero de 1761.

Gracias a la protección que de los virreyes y el fiscal Moreno y Escandón, Mutis pudo dar a conocer sus ideas influenciadas por la ilustración, lo que provocó el inicio de una revolución científica e ideológica en el Virreinato de la Nueva Granada.

Mutis fue docente de matemáticas, física, filosofía, historia natural y medicina del Colegio del Rosario. En sus clases dio a conocer los principios elementales del sistema de Copérnico, de la ciencia moderna y del método experimental, lo cual contradecía las teorías de Ptolomeo y de la escolástica que se enseñaba en la época. Mutis se convirtió en la única posibilidad de los granadinos de ponerse en contacto con la ciencia moderna.

En 1772 obtuvo las órdenes sacerdotales. Cómo sacerdote y científico consideraba que la Divina Providencia es la fuente esencial de la ciencia porque provenía de la obra de Dios, la cual se podía comprobar al reconocer el orden del mundo, la estrecha relación que tiene el ser humano con la naturaleza y la incapacidad del ser humano de comprender por completo el equilibrio de la naturaleza, por lo que pensaban que la ciencia debía contribuir a la felicidad de la gente y que el ser humano no debía romper con el equilibrio de la Naturaleza. Mutis tuvo enfrentamientos con dominicos y agustinos y en 1774 tuvo que defender ante la Santa Inquisición la conveniencia de la enseñanza de la moderna astronomía, física y matemática, inspiradas en Isaac Newton, Copérnico y de la «filosofía natural», pese a que la iglesia no prohibía estas enseñanzas desde 1758 y el Rey Carlos III había aprobado su enseñanza.

Mutis conocía las condiciones sociales y económicas del Virreinato. Cumplió un importante papel de multiplicador y orientador de actividades intelectuales. Fue uno de los más destacados estrategas políticos de la Corona española en temas relacionados con la higiene, salubridad y medicina de la Nueva Granada.

Entre 1766 y 1770 permaneció en las minas de la Montuosa, en las cercanías de Pamplona, con sus conocimientos contribuyó a la modernización de la minería en el Virreinato con nuevas técnicas de explotación y aplicando modernos procesos de fundición. Entre 1777 y 1782 estuvo en las Minas del Real Sapo, en las proximidades de Ibagué, en donde introdujo el método de amalgamación para la extracción de la plata, estudió a las hormigas, cucarachas y abejas americanas, convirtiéndose en el primer científico que las estudió, y sirvió de intermediario entre los mineros y la autoridad durante la revolución de los comuneros. Finalmente, en 1782 escribió su ensayo “Plan para el adelantamiento de la minería en el Nuevo Reino de Granada”

En 1772 Mutis inició su trabajo botánico de recolectar, clasificar, ilustrar y describir nuevas especies de plantas nativas y sus propiedades medicinales, terapéuticas y profilácticas para la creación de un herbario. Contó con la colaboración del dibujante Pablo Antonio García del Campo. Entre sus descubrimiento se resalta las propiedad curativas de la quina, la ipecacuana y la cusparía.

La Expedición Botánica

Mutis escribió al rey Carlos III solicitándole que creara una Expedición Botánica con el fin de estudiar el medio natural americano, como la fauna y flora, para escribir la historia natural de América Septentrional, conseguir grandes ganancias económicas para España y crear un jardín botánico en Bogotá. Su solicitud fue rechazada y tendrían que pasar casi veinte años para que el proyecto de la expedición se hiciera realidad.

Mutis consideraba la producción de oro, plata y metales preciosos en las colonias americanas había sido desastroso para la economía de la metrópoli e insistía en la necesidad de explotar maderas, tintes, ceras, gomas y otras materias primas para beneficiar la industria y el comercio de la economía española. Las cartas de Mutis al rey de España se conocen históricamente como las «representaciones”, de acuerdo a Rueda.

Durante 20 años el sabio adelantó actividades científicas, comerciales, mineras y medicinales, con el fin de obtener fondos suficientes para dedicarse de manera definitiva a la investigación científica.

Rueda afirma que la revolución de los comuneros dejó al descubierto una serie de problemas que enfrentaba el Virreinato, a los que había que darles alguna solución. La metrópoli se había visto en la imperiosa necesidad de acoger los criterios expresados por Antonio de Ulloa en 1772, en su libro Noticias Americanas. Según Ulloa, España tenía la necesidad de particularizar el conocimiento botánico, mineralógico, social y cultural de cada una de sus colonias, con el fin de aumentar los ingresos de la Corona y aclarar muchas de las leyendas que sobre el nuevo continente se habían creado en Europa.

El Estado español acató la sugerencia de Ulloa y la concretó con la fundación de Reales Expediciones Botánicas en las diferentes colonias. Estas expediciones fueron la forma particular como España asumió el redescubrimiento de América, y tuvieron como objetivo adelantar un inventario de los recursos naturales, plantear estrategias de explotación y, en la medida de lo posible, reseñar la situación social, económica, geográfica y política de los territorios, conforme a Rueda.

En 1782, el arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora conocía los trabajos y planteamientos de Mutis sobre el redescubrimiento, reconocimiento e inventario del Nuevo Reino. Por lo que el virrey creía que Mutis era la persona indicada para dirigir la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, a pesar de que el sabio tenía 51 años. Mutis aspiraba a realizar una enciclopedia de la América Meridional y conocía los problemas del Virreinato.

Esta Expedición Botánica fue la segunda en ser creada por la Corona en América y fue la única que no fue planeada desde España. Nació el 1 de abril de 1783 para proporcionar información científica, social, geográfica, política y económica y adelantar estrategias de explotación. Su primera sede fue la Mesa de Juan Díaz.

Mediante Cédula Real fue protocolizada como una empresa auspiciada por el Estado español y fue trasladada a Mariquita. Esta región se encuentra situada entre dos cordilleras, por lo que tenía diversas zonas climáticas con variedad de bosques, vegetación, flora y fauna, su comunicación con Santafé era fácil porque estaba localizada en la vía que enlazaba a la capital con Honda, lo que favorecía las labores comerciales, y también cerca de un centro minero de relativa importancia, donde era factible ensayar las diversas técnicas de minería y buscar potenciales yacimientos de minerales.

Mutis mantenía constante correspondencia con los principales científicos europeos y españoles, especialmente con Humbold, Antonio José Cavanilles y Carl Von Linneo. También se preocupó por formar una bien dotada biblioteca particular, actualizada y especializada, en los temas que le preocupaban, la cual alcanzó a contar con 3.833 títulos y 8.588 volúmenes. Sin embargo, Mutis tuvo problemas dirigiendo la expedición porque no contaba con interlocutores suficientemente serios científicamente, no se preocupó por conocer los resultados alcanzados por otras Reales Expediciones y se alejaba constantemente de la investigación por sus labores como consejero virreinal y sus intereses comerciales.

En la sede de la expedición, Mutis instaló un gran laboratorio, un taller de arte, una biblioteca y salas con herbarios, animales disecados, fósiles y minerales. La expedición tenía tantas tareas por realizar que Mutis decidió crear secciones y asignarles tareas específicas. De este modo, la expedición se dividió en las secciones de Zoología, Mineralogía, Botánica y Química, según Thema (1991).

Mutis creó en Mariquita el primer jardín botánico de Colombia, donde inició la aclimatación y dispersión de los canelos, la quina y otras importantes plantas. Más tarde, en Bogotá, organizó otro jardín con semillas traídas de Europa por su colaborador Jorge Tadeo Lozano, conforme a Merino (2002).

En 1784, Mutis fue nombrado miembro de la Academia de Ciencias de Estocolmo, correspondiente del Real Jardín Botánico de Madrid y miembro de la Real Academia de Medicina, de acuerdo a Palacios (2008).

En 1791 la expedición se reubicó en Bogotá porque el virrey José de Ezpeleta quería ejercer mayor control sobre ella. En Bogotá, Mutis fundó una escuela de dibujo para huérfanos. Mutis dirigió la Real Expedición por espacio de veinticinco años.

Mutis no fue el descubridor de la quina ni el primero en estudiarla, pero fue su más grande pasión y la consideraba una «panacea» universal para el tratamiento de toda clase de enfermedades. Dedicó a algunos comisionados, en especial a fray Diego de García, a determinar en qué sitios se encontraba. Mutis dedicó mucho tiempo a estudios botánicos, económicos y terapéuticos sobre la planta. En 1792 publicó su primer trabajo sobre quinas titulado “Instrucción formada por un facultativo relativo a las especies y virtudes de la quina”. Entre 1793-1794 publicó en el Papel Periódico su obra más famosa “El Arcano de la Quina”. Por último, publicó “Quinología o Tratado de las quinas” en “Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada”. Así mismo, promovió la creación de un estanco de la quina y se involucró de manera decidida en la comercialización de este producto, por lo que alcanzó jugosas ganancias económicas.

Rueda afirma que durante el tiempo que la expedición estuvo a cargo de Mutis, se intentaron comercializar especies y productos como el aceite de María, el bálsamo de Tolú, la cera de abejas, la canela de los andaquíes, el guaco, la ipecacuana, el guayacán, algunas gomas, resinas, hierbas medicinales y otros. También se descubrieron yacimientos de neme y de petróleo en Cumaral (Meta), producto usado como brea para los barcos.

La Expedición Botánica promovida por Mutis fue la máxima empresa científica del período colonial que tenía bajo su responsabilidad el estudio de los recursos naturales y de su aprovechamiento. Cubrió unos 8.000 kilómetros cuadraros, sobre el eje longitudinal del río Magdalena, alcanzó a cubrir la gran diversidad de climas y regiones del país, se catalogaron 20.000 plantas, 7.000 animales y se crearon 6.600 láminas, la cuales Mutis quería transportar a Europa para que los académicos de familiarizaran con estas especies americanas sin la necesidad de viajar a América.

La expedición quedó ligada al nacimiento del periodismo colombiano porque los diarios fundados en esta época sirvieron para divulgar los logros de esta empresa científica, según Román (2010).

La exploración se convirtió en un centro de la cultura nacional que contribuyó a la educación y a la formación científica y artística de unos cuantos jóvenes que lograron perpetuar estas disciplinas en nuestro medio, por lo que marcó una época y se considera referente obligado de la ciencia y arte colombiano.

Según Díaz (2009) Mutis no tuvo los propósitos de preparar líderes políticos, promover la independencia ni tuvo nexos con la masonería. Las ideas de emancipación se ventilaban en el seno de las tertulias literarias y en las aulas de los colegios mayores, no en los gabinetes de la Casa de la Botánica.

Sin embargo, Mutis introdujo a varios criollos en el pensamiento ilustrado, otorgándoles acceso a un importante caudal de información, a ideas de la ilustración y a sus estudios sobre el mal funcionamiento del régimen colonial. Estos criollos evaluaron y plantearon críticamente las diferencias entre la metrópoli y sus colonias y sus manejos despóticos. También pudieron calibrar sus posibilidades políticas y económicas reales de asumir la dirección del Virreinato, conscientes de que el descontento de los habitantes era grande.

Luego de la retirada de Pedro Fermín de Vargas del Virreinato en 1791 y del «motín de los pasquines» de 1794, en el que participaron algunos miembros de la Expedición. Mutis trató por todos los medios de evitar cualquier tipo de «contaminación» de sus más inmediatos subalternos. A su vez, planteó la necesidad de abolir la estratificación socio-racial existente, garantizar la prestación de los servicios asistenciales como la justicia, la religión y la medicina, y reforzar la acción del Estado sobre la economía para obtener mayores ingresos fiscales.

Sus esfuerzos fueron infructuosos, pues personajes como Francisco Antonio Zea, Jorge Tadeo Lozano, Francisco José de Caldas y José María Carbonell se unieron a diferentes tertulias o núcleos masónicos y terminaron lideraron el movimiento del 20 de julio de 1810. La Expedición no fue abrigo de complotados mientras Mutis estuvo vivo. Tras su muerte, el Observatorio Astronómico de Santafé, dependencia de la Expedición, sí se utilizó como sitio de reunión por los complotados.

Otras labores de Mutis

Mutis copio trabajos del siglo XVI y XVII sobre los vocabularios y gramáticas de las lenguas indígenas, los cuales fueron enviados al Palacio Real de Madrid, donde se conservan. También hizo estudios de meteorología, estableció las causas de las mareas atmosféricas y descubrió los cambios que experimenta el barómetro durante la noche y respecto a la Luna, de acuerdo a Thema (1991).

Debido a las epidemias de viruela que se presentaron en Bogotá y que ocasionaron mucho daño a la población, Mutis tuvo que establecer métodos de cura y mitigar el grave daño que ocasionaba esta enfermedad. Cómo medidas preventivas recomendó la inoculación, la vacunación, limpiar la ciudad, quemar las basuras, purificar el aire, aislar a los enfermos infectados y construir cementerios fuera de las áreas urbanas y con condiciones sanitarias.

Pese a los esfuerzos del sabio la epidemia ocasionó muchas muertes por la oposición que recibió ocasionada por la superstición. Se calcula que fallecieron 3.000 de las 15.000 personas que habitaban la capital. Mutis también tuvo que realizar planes de curación para las enfermedades agudas que se padecen en el Darién.

En 1801 fue el impulsor y fundador de la “Real Sociedad Patriótica del Nuevo Reino de Granada” institución que promovió grandemente el desarrollo de la industria, el comercio, la agricultura, la cría de ganados, las ciencias útiles y las artes liberales.

Mutis fue un impulsor del desarrollo del estudio de la medicina en la Nueva Granada. Fue nombrado Director-Regente de los Estudios de Medicina que se hacían en la capital de la Nueva Granada. En 1799 escribió su diagnóstico de “Estado médico y sanitario del Nuevo Reino de Granada”. En 1801 escribió su estudio de “Estado de la Medicina y la Cirugía en el Nuevo Reino de Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso”.

Incorporó el estudio de la anatomía a través de la disección en los cadáveres. Hizo parte de la redacción y organización del plan de estudios para la enseñanza de la medicina de la recién fundada facultad en el Colegio Mayor de Nuestra Señora de Rosario, labor de igual importancia al de la expedición botánica porque se convirtió en uno de los fundadores de la primera escuela científica de medicina en Colombia.

En 1803 funda el moderno Observatorio Astronómico de Santa Fe de Bogotá, el más antiguo de América, donde seguiría con las investigaciones comenzadas en la Expedición, entre las que destacaron la observación del eclipse de un satélite de Júpiter o el tránsito de Venus observado a partir de 1769. En 1804 propone el establecimiento de un cuerpo de ingenieros mineralógicos para mejorar el beneficio de los minerales preciosos.

Mutis murió de apoplejía el 11 septiembre de 1808 en Bogotá a los 76 años. Román (2010) afirma que Mutis deseaba que para adelantar la ciencias naturales se continuara con la expedición botánica después de su muerte, se estableciera un Jardín Botánico, un Museo de Historia Natural, un laboratorio, una biblioteca pública y se extendiera el servicio del observatorio.

Bibliografía

Rueda, José. “José Celestino Mutis”. Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República. http://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php?title=Jos%C3%A9_Celestino_Mutis

Díaz, Santiago. “La real expedición botánica”. Revista Credencial Historia No. 240. Diciembre de 2009. http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-240/la-real-expedicion-botanica

Olaya, Max. “El pensamiento médico del doctor José Celestino Mutis. La Escuela de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en 1802”. Boletín Cultural y Bibliográfico Vol. 11, No. 03. 1968. https://publicaciones.banrepcultural.org/index.php/boletin_cultural/article/view/4042/4224

Palacios, Leonardo. “Algunos aspectos relacionados con José Celestino Mutis y la medicina”. Revista Ciencias de la Salud Vol. 6, No. 2. Bogotá. 2008.

Merino, María del Mar. “Hizo Historia: José Celestino Mutis”. La Revista del Ministerio de Medio Ambiente No. 9. 2002.

“José Celestino Mutis” en “Personajes del mundo”. Thema. Tercera edición. Bogotá. 1991.

Rueda, José. “El trópico desmitificado: hombre y naturaleza bajo el iluminismo”. Universidad Industrial de Santander. UIS. Bucaramanga. 2015.

Gómez, Alberto [et al.]. “Academia Mutisiana: documentos preneogranadinos de José Celestino Mutis y la promoción de sociedades científicas en la Nueva Granada”. Pontificia Universidad Javeriana. Academia Nacional de Medicina. Bogotá. 2011.

Román, Celso. “Mutis y la minería: amorosa mutisia”. Carlos Nicolás Hernández Camacho. Bogotá 2010.

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