Manuel Ancízar, el primer rector de la Universidad Nacional de Colombia

Ancízar fue un destacado intelectual del siglo XIX que promovió en Sudamérica la abolición de la esclavitud, la educación pública y laica, la libertad de culto y la separación de la iglesia y el Estado. En Colombia gestionó la expedición del Código Civil y revolucionó el periodismo y la literatura.

Por: Alejandro García Hernández

Manuel Esteban Ancízar Basterra nació el 25 de diciembre de 1812 en la hacienda el ‘Tintal’ en Fontibón, Cundinamarca. Sus padres fueron los vascos José Francisco de Ancízar y Juana Bernarda Basterra y Abaurrea, quienes llegaron a Bogotá con la comitiva del virrey Antonio Amar y Borbón el 16 de septiembre de 1803.

La familia de Manuel se dedicó al comercio. Sin embargo, con el grito de independencia se inició una persecución a todas las personas de origen Español. José Francisco fue puesto preso el 24 de julio y fue liberado el 10 de agosto de 1810. Después de su leve arresto, un amigo de la familia los escondió en la hacienda ‘Tintal’, donde nació Manuel Ancízar.

manuel ancízar

Manuel Ancízar junto a edificio con su nombre de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá. Foto: Prospectiva en Justicia y Desarrollo y David Sánchez.

Con la llegada de Pablo Morillo y su régimen de terror la familia Ancízar pudo volver a los negocios del comercio. José Francisco fue por poco tiempo corregidor en Zipaquirá con la función de recoger dineros de multas y de impuestos.

El 7 de agosto de 1819 Bolívar ganó la batalla del puente de Boyacá. Tras este acontecimiento la familia comenzó a sufrir una persecución por el sentimiento antiespañol generado por la pacificación de Pablo Morillo. La familia tuvo que abandonar sus propiedades en Bogotá y huyó hacia Cartagena, donde un pequeño grupo de españoles sobrevivientes resistían al ejército independista. Durante el trayecto mueren la tía y dos de los hermanos de Manuel.

En Cartagena, el virrey Sámano le encomendó a José Francisco la administración de los suministros alimenticios de la resistencia española por un sueldo irrisorio y tres porciones de alimento.

La penosa situación de la familia causó la muerte de Francisca, la hermana de Manuel, quien se quedó como el único hijo vivo de la familia. Tras la entrega de la plaza de Cartagena al ejército independista, la familia se fue desterrada del país hacia Cuba, la única colonia española que quedaba en América. La familia llegó a La Habana a mediados de 1821.

En La Habana, José Francisco trabajó como administrador en un ingenio azucarero, luego adquirió una pequeña finca y se dedicó a la agricultura. El 6 de enero de 1824 muere Doña Juana Bernarda y el 23 de agosto de 1832 muere Don José Francisco.

Manuel Ancizar siempre se esmeró en sus estudios por el esfuerzo que hacía su padre para que él estudiara. Estudió latín, filosofía, derecho civil, derecho canónico y sagrados cánones en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo y complementó sus estudios con una formación autodidacta con la lectura de libros sobre filosofía y ciencias físico-matemáticas. También se instruyó en las tertulias del gabinete de Domingo del Monte. Finalmente, fue nombrado profesor de derecho romano-hispano en la Real Universidad de San Gerónimo.

Ancizar participó en 1837 en la conspiración secreta Cubanacán, que buscaba emancipar a la isla de la corona española, y en 1838 ingresó a las logias francmasónicas. Por esos hechos fue perseguido y huyó a Puerto Príncipe y luego a los Estados Unidos.

Estadía en Venezuela

El vínculo de Ancízar con la masonería le permitió conocer personas que le brindaban trabajo y hospedaje. Gracias a ello, viajó a Venezuela en 1840 para remplazar a Fermín Toro en la cátedra de filosofía del Colegio de la Independencia de Caracas. Ramírez (2015) considera que Venezuela le permitió a Ancízar desarrollar y difundir sus ideas como periodista y educador.

Ancízar pensaba que la independencia de Hispanoamérica desplazó los privilegios de los títulos nobiliarios para establecer un sistema social meritocrático en el que los más inteligentes y capacitados ascendían al poder para trabajar por la sociedad. De modo que para él la educación era muy importante para formar intelectuales que contribuyan a la formación del nuevo Estado.

En 1841 Ancízar fundó el Liceo de Venezuela, una asociación de aficionados a las letras y artes liberales, y fue nombrado como su presidente. Desde esta asociación gestionó la fundación de la Biblioteca Nacional para poner a disposición los libros a todas las personas. También se incorporó al colegio de abogados.

En 1842 fundó la revista ‘El Liceo Venezolano’ para difundir el gusto literario, artístico y conocimientos útiles. La revista duró seis meses, pero permitió congregar a políticos e intelectuales para la construcción del Estado, según Loaiza (2004).

Fue nombrado rector del Colegio Nacional de Carabobo hasta el 21 de diciembre de 1844, y dejó los cimentos de la Universidad de Valencia. Desde este cargo fue intermediario entre los propósitos del Estado y las necesidades de la comunidad. Gracias a su labor y su influencia se fundaron la Sociedad Patriótica de Carabobo, la Caja de Ahorros y el periódico ‘El siglo’. Con ello, Ancízar buscaba crear un ambiente de agitación intelectual para los jóvenes y dotar a la organización política de Venezuela de razón y de sabiduría, de acuerdo a Loaiza (2004).

Regreso a su país natal

En 1845 la Nueva Granada nombró a Manuel Ancízar ministro plenipotenciario ante el gobierno de Venezuela, para resolver asuntos de límites territoriales entre los Estados. Loaiza (2004) expone que Ancízar decidió irse a la Nueva Granada porque en Venezuela se había extendido la violencia política y el general Tomás Cipriano de Mosquera le planteó la construcción de un país sobre principios racionales y científicos.

Al llegar a la Nueva Granada, Ancízar se dio cuenta que el país tenía una economía rural, falta de producción industrial, un elevado analfabetismo, pocos intelectuales, políticos, filósofos y científicos, una inestabilidad política y pugnas regionales. Para él, la educación era fundamental para el desarrollo del país, conforme a Ramírez (2015).

En 1846, Manuel Ancízar volvió a su país natal por ser nombrado subsecretario de Relaciones Exteriores y Mejoras Internas en la administración del general Mosquera. Bajo este cargo promovió la inmigración de extranjeros intelectuales para la conformación de un grupo de científicos y técnicos que se encargarían de los estudios de diversas ciencias. Entre estos se destaca la llegada de Agustín Codazzi, Thomas Reed, José Éboli, Antonio Poncet, Carlos Segismundo de Greiff y Estanislao Zawadsky.

Adicionalmente, Ancízar promovió el ejercicio público de los cultos no católicos, la construcción de caminos, la navegación a vapor por el río Magdalena, fomentó las “carreras útiles”, los “estudios prácticos” y los conocimientos que contribuyen a la explotación racional de los recursos naturales.

También colaboró en la fundación de la Sociedad Filarmónica de Bogotá, la Academia de Ciencias y Bellas Artes, el Colegio Militar y la Escuela Práctica de Arquitectura.

En 1848 intervino en la creación de la fundación del Instituto Caldas cuyo objetivo era establecerse como eje de un sistema público de enseñanza que estimulara la asociación de las elites ilustradas y de las regiones para fomentar la producción industrial del país, crear una Red cultural que unificara costumbres e intereses y preparar a las personas humildes en las tareas industriales.

Este proyecto abrió secciones en Mompós, Santa Marta, Buenaventura, Neiva, Cartagena y Tunja. Sin embargo, el proyecto fracasó porque las rencillas políticas que dividía al país generaban desconfianza en el gobierno y no permitía establecer un liderazgo nacional, según Loaiza (2004).

Renunció al cargo de subsecretario de Relaciones Exteriores y Mejoras Internas y se dedicó al establecimiento de una imprenta para fomentar la libertad de pensamiento, unificar puntos de vista e intereses, y facilitar la comunicación entre la ciudadanía de distintas capas sociales y el GobiernoDe esta forma, se buscaba construir la nación y unir a los ciudadanos.

Por lo anterior, Manuel Ancízar, con apoyo financiero del tesoro nacional, introdujo en el país máquinas modernas y un equipo de impresores, dibujantes, pintores y litógrafos. De esta forma, Ancízar funda la imprenta y el periódico “El Neogranadino” del que él mismo era el redactor. Por la rápida impresión de miles de ejemplares produjo una gran revolución en el periodismo y la literatura de Colombia por una difusión más amplia y generalizada.

En 1849 desempeñó como director general de rentas durante el Gobierno de José Hilario López y fundó la Sociedad Protectora de Teatro que promovían la educación estética y modelaban “el buen gusto” de los decimonónicos. Asimismo, creó la logia masónica Estrella del Tequendama que rivalizó con la logia del Consejo Supremo Nacional de Cartagena, creada en 1833, pero Ancízar logró establecer la autoridad en el país de su logia. Estas organizaciones secretas se encargaban de proyectos educativos, filantrópicos y artísticos.

Comisión Corográfica

En 1850 fue contratado como secretario y principal ayudante de Agustín Codazzi en la Comisión Corográfica encargada de recolectas sobre aspectos sociales, económicos, culturales y estadísticos de la Nueva Granada y sus provincias, así como de levantar el mapa del país. En este mismo año creó la Escuela Republicana.

Agustín Codazzi se comprometió a formar una descripción completa de la Nueva Granada, a levantar una carta general de la República y un mapa corográfico de cada una de sus provincias, con los correspondientes itinerarios y descripciones particulares.

Ancízar tenía la función de recolectar la narración literaria y científica, de registrar los itinerarios, cálculos y expediciones de la Comisión, de componer tres trabajos, un diccionario geográfico-etnográfico, otro económico-estadístico y una obra que describiera la expedición geográfica, las costumbres, las razas, los monumentos antiguos, la geología, la orografía, la hidrografía y todas las circunstancias dignas de mencionarse.

Ancízar acompañó la comisión hasta 1851 porque se le pidió que fuera diplomático de la Nueva Granada ante Ecuador. Con los datos recogidos publicó su obra más importante “La peregrinación de Alpha”, en la que analiza el clima, altitud, estratigrafía, historia, costumbres, idiosincrasia de la gente y valoración de mandatarios políticos y eclesiásticos de las Provincias de Vélez, Socorro, Tundama, Tunja, Soto, Ocaña, Santander y Pamplona.

Ministro plenipotenciario

Desde 1852 hasta 1855, Manuel Ancízar fue embajador de Colombia ante los Gobiernos de Ecuador, Chile y Perú. Retorna en 1855 al país, ocupando el puesto de representante ante el Parlamento por el Estado de Panamá.

Durante este tiempo se dedicó a mediar en asuntos relacionados con límites territoriales, integración suramericana, abolición de la esclavitud, la separación de iglesia y Estado, la libertad de cultos, la expulsión de los jesuitas, la libre navegación en el amazonas de Perú, Ecuador, Brasil, Venezuela, Colombia y Estados Unidos, la repatriación a unos esclavos que se habían vendido a los peruanos en 1847 pero por la abolición de la esclavitud en Colombia se declararon como ciudadanos, evitar un golpe de Estado del general Flores en Ecuador, lograr con Perú el pago de la deuda británica originada por la independencia y lograr una mayor injerencia de Estado Unidos sobre Hispanoamérica, según Loaiza (2004).

En Chile Ancízar trabó amistad con Andrés Bello. Esta amistad fue clave para el desarrollo del país, debido a que Ancízar se encargó de difundir en Colombia las ideas y el código civil de Bello, que con modificaciones aún rige en el país.

En 1855, Ancízar trabajó junto a José María Samper en labores diplomáticas y parlamentarias en Panamá, en la fundación de un periódico y como comerciantes en la casa ‘Samper & Compañía’. Adicionalmente, fue catedrático de economía política y derecho de gentes en el Colegio del Rosario. Fue admitido como miembro de la Sociedad de Geografía de París y corresponsal de la Sociedad de Naturalistas Neogranadinos.

Arias afirma que el 4 de julio de 1857 Manuel Ancizar se casó con Agripina Samper, hermana de José María Samper, quienes provenían de una familia de hacendados comerciantes del Alto Magdalena. Manuel Ancízar y Agripina tuvieron cinco hijos: Roberto, Pablo, Inés, Jorge y Manuel.

En 1857, Ancízar consiguió que la Cámara de Representantes hiciera una versión nacional del Código Civil chileno de Andrés Bello. Conforme a Loaiza (2004) Manuel Ancízar propugnaba por el establecimiento del poder civil sobre el poder militar y clerical, defendía la separación de la Iglesia y el Estado y era partidario de quitarle a la Iglesia el monopolio de la educación y el control de grandes extensiones de tierras.

Ancízar en la Guerra Civil de 1860

Ancizar participó en la tribuna pública para defender las ideas radicales durante el Gobierno de Mariano Ospina Rodríguez, de acuerdo a Mejía (1991). La oposición a este gobierno por supuestas políticas centralistas y clericales generó la guerra civil de 1860. En 1861 fue derrocado el presidente Ospina y el 18 de julio Tomas Cipriano de Mosquera se proclamó presidente provisional.

Loaiza (2004) Ancízar ocupó el cargo de secretario de Estado y de relaciones exteriores en la presidencia provisional de Mosquera el 23 de noviembre de 1861. En este cargo, Ancízar se dedicó a administrar los recursos del ejército de Mosquero para ganar la guerra civil y gestionar el reconocimiento internacional al gobierno provisional.

Gracias a esa gestión, Ancízar evitó que Mosquera estableciera una dictadura porque lo presionó a que convocara una asamblea constituyente para conseguir definitivamente el reconocimiento internacional. Ancízar renunció al cargo el 27 de noviembre de 1862 cuando Mosquera había derrotado todos los ejércitos conservadores y se negaba a dar indultos.

En 1863 Ancízar fue miembro de la Convención de Rionegro y firmó la Constitución de los Estados Unidos de Colombia en representación del Estado Soberano de Cundinamarca. Según Loaiza (2004), durante estas discusiones, Ancízar se mostró neutral frente a Mosquera y se caracterizó por ser conciliador entre sus opositores y seguidores, logrando acuerdos que satisfacía a ambas partes.

La Constitución garantizó la independencia de los Estados, el derecho de gentes y los derechos individuales. Estableció la separación de Iglesia y Estado, la supremacía de la autoridad civil sobre la religiosa, el funcionamiento de la Corte Suprema, una moneda común y el despojo de los bienes acumulados por la Iglesia, de acuerdo a Loaiza (2004).

Uno de los acuerdos fue que Mosquera fuera el primer presidente, pero bajo un poder ejecutivo limitado con un periodo de dos años y sin posibilidad de reelección. Este fue el peor error de la Constitución, porque este periodo tan corto no permitió a los posteriores gobernantes ejecutar obras ni implementar planes de gobiernos coherentes, conforme a Loaiza (2004).

Ancízar, promotor de la educación laica

En 1867, Ancízar se convirtió en la máxima autoridad masónica del país, tras el golpe de cuartel que Santos Acosta le propinó a Mosquera. En ese entonces, el liberalismo se dividida en liberales moderados, liderados por Rafael Núñez, y radicales, liderados hasta ese momento por Tomas Cipriano de Mosquera. Con este golpe del liberalismo radical a Mosquera se buscaba la implementación de políticas más radicales. Sin embargo, el radicalismo se debilitó y permitió el fortalecimiento de los moderados quienes posteriormente se unieron con los conservadores para establecer el sistema político central y clerical de la Regeneración.

Con la caída de Mosquera, el liberalismo radical buscó establecer un sistema de educación nacional laico. Por tal razón, el 22 de septiembre de 1867 el Congreso expidió la ley 66 que crea la “Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia”. Asimismo, el 13 de enero de 1868 se expide el estatuto orgánico que reglamentaba la organización académica y administrativa de la Universidad.

Ancízar fue nombrado el 23 de enero de 1868 como el primer rector oficial de la Universidad. Para él, la Universidad Nacional no había sido creada sino que había organizado bajo un régimen común varias instituciones de enseñanza científica que ya existían y había unificado sus métodos de enseñanza.

Durante su rectoría, asumió varios retos en la nueva educación liberal. Loaiza (2004) afirma que Ancízar quiso crear la Escuela de Artes y Oficios para insertar el sector artesanal a la economía mundial, pero la falta de presupuesto y de voluntad política no permitió su creación. Adicionalmente, la falta de recursos impidió que dictaran clases que requerían instrumentos, cómo astronomía y meteorología.

Según Loaiza (2004), Ancízar advirtió que los estudiantes que llegaban a la institución tenían un bajo nivel académico por la mala calidad de la educación y el desinterés del Estado. Por tal razón, propuso que se estableciera un sistema nacional de instrucción pública y estableció la exigencia de un examen de admisión para ingresar a la Universidad para evitar que ingresaran estudiantes sin los conocimientos que deben adquirir en secundaria.

Desafortunadamente, el sometimiento al gobierno central implicó grandes limitaciones a la Universidad. Finalmente, Ancízar renunció al cargo el 31 de diciembre de 1870 debido a que el Estado impuso textos académicos que debían ser enseñados, lo que iba en detrimento de la autonomía de cátedra y de pensamiento.

En 1871 asume el cargo de presidente de la Instrucción Pública de Bogotá y de la Academia de Ciencias Naturales. También fue miembro de las Juntas de Inmigración Cubana y de Instrucción Primaría de Bogotá.

En 1873 participó en la fundación de la Sociedad Colombiana de Ingenieros y la Academia Vázquez para la enseñanza de bellas artes. En 1874 fue declarado serenísimo gran maestro adjunto, grado 33 y remplazaba en ausencias temporales al general Mosquera.

En 1876 fue nombrado en el cargo de secretario del interior en el gobierno de Aquileo Parra. Loaiza (2004) afirma que en este cargo fue el mayor promotor de establecer un sistema educativo laico en el país y la educación obligatoria de los niños entre 7 y 15 años de edad.

Los conservadores, liberales independientes y el clero se opusieron al proyecto. Debido a ello, Ancízar buscó un acuerdo con el arzobispo Arbeláez y el 30 de junio de 1876 se pactó que los directores de las escuelas debían distribuir las materias de tal manera que se permitiera una hora de instrucción religiosa a los niños de los padres que lo solicitaran y se concedía el tiempo que requería los actos religiosos de la Iglesia católica, de acuerdo a Loaiza (2004).

Sin embargo, este acuerdo no satisfacía a los sectores más radicales del liberalismo y de la Iglesia. De modo que los conservadores, liberales independientes y el clero iniciaron en coalición la guerra civil de 1876. Estas circunstancias y sus problemas de salud le obligaron a renunciar a su cargo el 10 de agosto de 1876.

Durante el Gobierno del general Julián Trujillo volvió a ser nombrado en el cargo de secretario de interior y de relaciones exteriores en marzo de 1879. Sin embargo, renunció 14 de mayo por ver reducida su influencia en el Gobierno, conforme a Loaiza (2004).

Según Arias, finalmente Ancizar se dedicó a la docencia. Fue rector del Colegio Mayor de Nuestra señora del Rosario y presidente honorífico del Consejo Académico de la Universidad Nacional. Murió el 22 de mayo de 1882 a las 22 horas al lado de su hijo Roberto. Fue enterrado en el cementerio central de Bogotá sin pompa y con la mayor austeridad como fue su voluntad.

Bibliografía

“La Prensa en Colombia”. Enciclopedia de Banrepcultural. http://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php?title=La_Prensa_en_Colombia

Arias, Erika. “Manuel Esteban Ancízar Basterra (1811-1882)”. Biblioteca Virtual Colombiana. http://bvc.biteca.com/exhibits/show/manuel_ancizar/biografia

Ramírez, Jonathan. “Manuel Ancízar: Una propuesta de integración en el siglo XIX”. Universidad Católica de Colombia. Facultad de Derecho. Maestría en Ciencia Política. 2015. Bogotá, Colombia. http://repository.ucatolica.edu.co:8080/bitstream/10983/2694/1/Tesis%20Manuel%20Ancizar%20Aprobada.pdf

“Manuel Ancízar y la universidad nacional en el siglo XIX” en “La cátedra Manuel Ancízar en la universidad nacional 1994-2005”. Universidad Nacional de Colombia. Dirección Académica. http://www.catedras-bogota.unal.edu.co/catedras/ancizar/ancizar94a05.pdf

Mayorga, Fernando. “Procesos de unificación del sistema jurídico”. Credencial Historia. No 148. Bogotá, Colombia. http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-148/codificacion-de-la-legislacion-en-colombia

Loaiza, Gilberto, “Manuel Ancízar y su época (1811-1882)”. Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. Fondo Editorial Universidad Eafit. 2004. Medellín, Colombia.

“Manuel Ancízar”. Gobernación de Santander. Fundación de Acción Santandereana Prosantander. 1991. Bucaramanga, Santander.

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