Pey fue el primer gobernante de la historia de Colombia. A lo largo de su vida se caracterizó por buscar una buena posición en los gobiernos que se instalaban en Bogotá, sin importar las ideas que propugnaba.
Por: Alejandro García Hernández
Pey nació el 11 de marzo de 1763 en Bogotá. Su padre fue el oidor de la Real Audiencia Juan Francisco Pey, ordenó el desconocimiento de las Capitulaciones otorgadas a los Comuneros y redactó la famosa Sentencia de muerte contra Galán. En 1787 se graduó de abogado del Colegio de San Bartolomé.

Firma del acta de independencia junto al retrato de Pey.
En el gobierno del virrey Antonio Amar y Borbón, Pey fue nombrado alcalde ordinario de Santafé de Bogotá. Su cargo le permitió tener una participación decisiva en los hechos del 20 de julio de 1810, que fueron previamente planeados por los conspiradores.
Los conspiradores crearon un ambiente propicio para el levantamiento en el que se resaltó la opresión española y la necesidad de mayor representación de los criollos en el gobierno. Los conspiradores publicitaron y exaltaron el “Memorial de Agravios” de Camilo Torres, el “Manifiesto de un americano imparcial” de Ignacio de Herrera, el alzamiento de Salgar, Rosillo y Cadena en los Llanos y la reyerta de Ignacio de Herrera contra el alférez real Bernardo Gutiérrez, según Llano (2010).
Al fin el ambiente era propicio en la capital para tomarse el poder, sólo se requería una revuelta para lograrlo. Sin embargo, el virrey era muy prudente para evitar situaciones que lo justificaran. De forma que le correspondió a los conspiradores construir el escenario para provocarla.
Los conspiradores se reunieron en el Observatorio Astronómico que dirigía Francisco José de Caldas y prepararon minuciosamente el plan para provocar el levantamiento popular. Decidieron que debían provocar la ira del español José González Llorente porque tenía el mejor almacén de la calle real y se ubicaba en la esquina de la plaza principal, y por negocios era adversario de Antonio Morales, quien se encargaría de exaltar al español. Ejecutaron su plan el 20 de julio porque era día de mercado y la plaza iba a estar llena de compradores y vendedores.
Luis Rubio y los hermanos Morales fueron a la tienda de González Llorente y le solicitaron el préstamo de un florero para adornar la mesa que serviría de homenaje a Antonio de Villavicencio. González Llorente se negó a prestar un florero, ante la negativa los hermanos Morales armaron un escándalo y con ayuda de agitadores se dio el levantamiento popular alegando que los españoles ofendían al gobierno. Los conspiradores no querían provocar el linchamiento de González Llorente, por lo que planearon que el alcalde Pey lo llevara a la cárcel para proteger la vida del español.
Los conspiradores planearon que el levantamiento fuera corto para restablecer el orden con un nuevo gobierno controlado por los criollos y para minimizar los daños que el pueblo causare en la ciudad. Para garantizar esto se encargó al Capitán Antonio Baraya a que estorbara a las milicias del Virrey, mientras se establecía la Junta Suprema de Gobierno, y posteriormente sofocara la insurrección del pueblo.
José Acevedo y Gómez se proclamó como tribuno del pueblo y realizó un cabildo abierto el 20 de julio de 1810, el cual nombró al virrey Antonio Amar y Borbón y a José Miguel Pey como presidente y vicepresidente de la Junta Suprema de Gobierno. Al reconocer la autoridad de Amar se evitó que sus milicias iniciaran una confrontación en la ciudad, se les convenció que la Junta sólo quería que no se entregara el poder del virreinato a los Franceses y la Junta Suprema se revistió de un carácter legítimo, el cual reforzó con el apoyo del clero.
Pey firmó el acta de independencia del 20 de julio de 1810 en la que se reconoció la autoridad de Amar, se estableció una Junta Suprema del Gobierno y se nombró sus miembros, la Junta gobernaría hasta que ella junto con diputados electos de cada provincia formen una Constitución con un sistema federativo que afiance la felicidad pública, la libertad y la independencia, que en Bogotá residirá la representación del Estado, la cual velaría por la seguridad de la Nueva Granada. El acta declaró que sólo se iba a abdicar los derechos imprescindibles de la soberanía del pueblo al Rey Fernando VII si viene a reinar entre los americanos, que no se afectará a las personas europeas salvo que por cometer delitos deban ser castigados conforme a las leyes y que se defendería la religión católica.
El gobierno de Pey
Amar se negó a presidir la Junta Suprema por lo que le correspondió al Vicepresidente Pey presidirla, convirtiéndose en el primer gobernante de Colombia en la época de República. Martínez y Quintero (2008) afirman que esta Junta se comprometió a defender la religión, la soberanía de Fernando VII sobre sus territorios, la seguridad interna y externa, el bien del pueblo y la unión de las provincias, evitar posibles conflictos, oír las peticiones del pueblo y perseguir, asegurar y castigar a las personas sospechosas y criminales.
El 21 de julio de 1810, José María Carbonell desconoció a la Junta Suprema y estableció en un local del barrio San Victorino una Junta Popular. Carbonell y sus seguidores no querían reconocer la autoridad del Amar, propendían por la declaración total de la independencia, promovía el odio hacia los españoles y provocó un levantamiento que obligó a Pey decretar la prisión del virrey Antonio Amar y Borbón y de su esposa. El 13 de agosto fueron apresados y un día después los sacó de la prisión, facilito su salida sigilosa de la capital; ellos llegaron a Cartagena y partieron hacia La Habana en octubre de 1810.
La Junta decidió perseguir a Carbonell y cerrar la junta que presidia por incitar el levantamiento del pueblo. El 16 de agosto de 1810, José Miguel Pey y su caballería detuvieron a José María Carbonell, convirtiéndolo en el primer preso político de la historia republicana de Colombia, fue puesto en libertad el 8 de diciembre de 1810.
El 24 de septiembre de 1810 se expidió un Decreto que reconocía que los indígenas son ciudadanos que gozan con iguales derechos y deberes que los demás. Por tal razón, abolió la institución colonial de los resguardos, declaró que se dividiera y titulara estos terrenos a las familias indígenas que lo ocupaban, que se desalojaría a todos los tenedores ilegítimos de estos terrenos y que por 20 años no podían enajenar, donar o desprenderse de ellas para que durante ese tiempo comprendieran el concepto de la propiedad individual y no pudieran perder sus tierras por fáciles engaños. El decreto reservó una parte de los terrenos de los resguardos para la creación de una escuela para la educación de los indígenas, teniendo en cuenta su bien, comodidad y buen tratamiento. Por último, se abolió el tributo indígena que era un tratamiento discriminatorio por su origen étnico.
El decreto del 20 de diciembre de 1810 establecía el proceso de elección de los Representantes de la Junta Provincial quienes eran elegidos por 52 electores quienes a su vez eran elegidos por los vecinos y naturales de cada provincia. El decreto afirmaba que todas las provincias debían tener al menos un Elector y la cantidad de Electores para cada pueblo dependía del tamaño de su población.
En este proceso no podían elegir ni ser elegidos las mujeres, los menores de 25 años que no estuvieren casados y velados, los dementes, los sordos – mudos, los que tuvieren pendiente causa criminal, los fallidos culpables, los deudores al tesoro público, los transeúntes, los vagos, los que hayan sufrido pena infamatoria, los que carezcan de Casa abierta, los que vivan a expensas de otros, o estén en actual servicio suyo, a menos que sean propietarios de bienes raíces o muebles.
Este decreto causó varios conflictos. En primer lugar, los requisitos para elegir y ser elegidos causaron protestas porque se negó este derecho a muchas personas que consideraban que los cumplían. En segundo lugar, villas con grandes poblaciones concentradas, entre ellas Cali, Mompox y Sogamoso, esta última con una población de mayoría indígena, reclamaron su derecho a tener Electores propios porque su población era mayor a la de otras provincias cómo Neiva y Mariquita.
Antonio Nariño, José María Carbonell y Manuel de Bernardo Álvarez aprovecharon el conflicto que se creó por el reclamó de representación política por parte de las villas con grandes poblaciones para exponer los inconvenientes que consideraban traía el sistema federalista. En su lugar, propusieron que aprobase la constitución redactada por Nariño que establecía un sistema centralista.
El conflicto entre centralistas y federalistas ocasionó la continua conspiración de los centralistas por imponer su constitución. El 18 de enero de 1811 se esparció el rumor que Carbonell aprovecharía que era día de mercado para planear una revuelta en la plaza principal de la Capital y permitir que el Congreso aprobara el Proyecto de constitución de Nariño. Por esta razón, el gobierno actuó con rapidez y simuló un desfile para sacar sus tropas a las calles. No obstante, el Congreso protestó por el despliegue militar.
Por la continua conspiración y amenaza de revuelta el gobierno comenzó a ejecutar medidas represivas cómo establecer la censura de la prensa, hacer preparativos militares y ordenar de nuevo el arresto de Carbonell. Por la tensa situación Nariño decidió publicar y difundir clandestinamente un Acta del Congreso en el que se denuncia las medidas represivas del gobierno. El gobierno decidió incautar los ejemplares del acta, embargar la imprenta que los elaboró y hostigar a los congresistas que se les oponía produciendo la disolución del Congreso.
Pey el Centralista
En la guerra civil entre federalistas y centralistas, Pey hizo parte del ejército centralista. Fue Comandante general de caballería del ejército de Socorro del gobierno de Cundinamarca precedido por Antonio Nariño. De acuerdo a Restrepo (2009), Pey sostuvo negociaciones con Baraya y tres diputados de la representación nacional de Cundinamarca en Socorro pero no tuvieron éxito. Baraya reanudó las acciones beligerantes, logrando la separación de la provincia de Socorro del gobierno de Cundinamarca.
El 19 de Julio de 1812, Pey es derrotado por Baraya en San Gil, cayendo preso. La derrota de esta fracción del ejército centralista obligó a Antonio Nariño a firmar el tratado de paz de Santa Rosa del 30 de julio de 1812.
Este tratado declaraba el eterno olvido de los hechos pasados con sólida paz, buena armonía y amistad republicana. Sin embargo, la confrontación se reanudó por las actitudes hostiles de Nariño y Baraya.
Pey hizo parte del Cabildo de Santa Fe que el 22 de octubre de 1812 reconoció a Nariño cómo presidente de Cundinamarca y decidió no unirse a la federación de la Provincias Unidas.
En 1814, tras la derrota de los centralistas y el cumplimiento de la capitulación del 12 de diciembre, José Miguel Pey fue nombrado gobernador de la provincia de Cundinamarca, reemplazando al presidente Manuel de Bernardo Álvarez, según Restrepo (2009).
El Triunvirato
En 1814 se estableció un triunvirato como poder ejecutivo de las Provincias Unidas, es decir que sería ejercido por tres personas. Pey fue miembro del Triunvirato hasta que el 15 de noviembre de 1815 el Congreso reformó al poder ejecutivo considerando que la forma de gobierno del Triunvirato impedía la celeridad del Estado, la planeación unificada, las operaciones secretas y la determinación de la responsabilidad individual.
Por tal razón, el decreto volvió a establecer el poder ejecutivo en cabeza de un presidente elegido cada seis meses por el Congreso para permitir la toma de decisiones rápida sin necesidad de debates que producen divisiones y rivalidades, pero a su vez se establecía un Consejo de Estado cuyos miembros podían debatir para aconsejar al presidente y adelantaban la planeación del Estado.
Pey formó parte de la sección de hacienda y la de Estado. Durante la reconquista española, la pacificación y el régimen de terror de Pablo Morillo, Pey se ocultó en los montes de la Mesa de Juan Díaz. Luego fue comisionado de la Vicepresidencia para mandar en ausencia de Santander y ministro juez de la Alta Corte Militar, de acuerdo a Arciniegas (2011).
En 1828 suscribió un acta en el que se solidarizaba con Bolívar por el atentando que recibió el 25 de septiembre. Durante la dictadura de Rafael Urdaneta fue Ministro-secretario de Estado en la cartera de Guerra y Marina. Posteriormente, continuó en su cargo hasta que el General José María Obando lo asumió por nombramiento del presidente Caicedo. Murió en Bogotá el 17 de agosto de 1838.
Bibliografía
Ocampo, Javier. “José Miguel Pey”. Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías. http://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php?title=Jos%C3%A9_Miguel_Pey
Llano, Rodrigo. “La independencia en Bogotá: el 20 de julio de 1810”. Revista Credencial Historia No. 241.
Arciniegas, Pedro. “José Miguel Pey”. Revista Credencial historia. Bogotá. Agosto de 2011. http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/biografias-1
Reyes, Ana. “El derrumbe de la primera república en la Nueva Granada entre 1810 y1816”. Historia Critica No. 41. Bogotá. 2010. http://www.redalyc.org/html/811/81114844006/
Quintero, Inés y Martínez, Armando. “Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia (1809-1822)”. Tomo I. Universidad Industrial de Santander. Dirección Cultura. 2008. Bucaramanga.
Liévano, Indalecio. “Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia”. Tomo II. Imprenta Nacional de Colombia. 1996. Bogotá.
Restrepo, José. “Historia de la revolución de la República de Colombia en la América Meridional”. Editorial Universidad de Antioquia. Medellín. 2009.