Este 3 de mayo se celebra el día mundial de la libertad de prensa. Colombia no registra comunicadores muertos desde el cruel homicidio de Flor Alba Núñez en septiembre de 2015. Sin embargo, el país es considerado como un territorio difícil para ese oficio. Reducir la distancia que hay frente a la institucionalidad y poderosos, otro reto en la profesión.
Por: Sergio García Hernández
En el día en el que se resalta el valor que tiene para las sociedades del mundo la libertad de prensa, Colombia aún encuentra en ese campo dificultades que impiden al periodismo desenvolverse con tranquilidad.
Cifras de Reporteros sin Frontera así lo retratan. Según la clasificación mundial de libertad de prensa de esta organización, en el 2017 la situación de Colombia es “difícil” y su ubicación es la 129 entre 180 países, en un escalafón que lidera Noruega.
De acuerdo con el informe que mide el nivel de libertad de prensa en el planeta, en el país los periodistas colombianos se enfrentan a las amenazas de las bandas criminales, implicadas en el tráfico de droga.
Reporteros sin Fronteras, de hecho, encuentra en las acciones de esos grupos la principal razón por la que el territorio nacional es considerado como uno de los más peligrosos del continente americano para la prensa.
“Las agresiones, amenazas de muerte y los asesinatos de periodistas siguen siendo frecuentes”, dice el informe, que además anota que las organizaciones criminales intentan acallar a los medios de comunicación alternativos o comunitarios que las investigan.
A esa situación, se le suma que, según lo analizado para la publicación de la clasificación, las agresiones a periodistas con frecuencia son cometidas “con la complicidad de los políticos locales y la mayoría permanece impune”.
Pese a los resultados negativos de Colombia en su trato a la prensa, el informe resalta que la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno y las Farc, redujo las tensiones en el país.
“El fin de este conflicto –que muchas veces fue causa de censura y violencia contra la prensa– permite presagiar mejores días para la libertad de información”, se asegura en el informe, con lo que se intuye un futuro menos trágico para el periodismo colombiano.
Las cifras también respaldan este análisis, pues el 2016 y lo que va del 2017 no registra asesinatos contra periodistas en el país, una práctica que por años sufrió la prensa nacional. Las últimas muertes se dieron en el 2015 y las padecieron los periodistas Flor Alba Núñez Vargas y Luis Peralta, en Pitalito, Huila, y Florencia, Caquetá, respectivamente.

Por su situación en libertad de prensa, Colombia ocupa la casilla 129 entre 180 países. Foto del escalafón: RSF
La lejanía de la prensa del poder
Al panorama que muestra Reporteros sin Fronteras hay que añadirle la distancia que el poder ha marcado de la prensa en el país, en los recientes años, y que se ha convertido en un caparazón difícil de vulnerar para el periodismo nacional.
Las decisiones de Gobierno y los intereses de quienes hacen parte de las ramas que llevan los destinos del territorio nacional llegan a cuentagotas a los medios y a la población en Colombia.
Por ello, y pese al escenario que pinta la reciente clasificación de libertad de prensa, el periodismo tiene el reto de romper esos muros que se enmascaran en comunicados de ruedas de prensa, foros y eventos.
En el día mundial de la libertad de prensa, Colombia debe recordar la importancia de ese campo, y su función en mostrar las fibras del poder, la realidad y la verdad. Esa tarea no es fácil, y por eso el periodismo reclama todo el respaldo de su sociedad en días como hoy.