La capital colombiana es considerada la ciudad 129 en calidad de vida en un ranking que mide a 231 urbes. El pobre resultado llega justo en el momento en que la alcaldía se enfrenta al proceso de revocatoria, bajos niveles de aprobación y hasta la inundación del deprimido de la calle 94.
Por: Sergio García Hernández
El momento de Bogotá es uno de los más difíciles desde que arrancara en enero de 2016 el período de Enrique Peñalosa al frente de la alcaldía, y el más reciente escalafón que mide calidad de vida en la ciudad no le ayuda.
La medición de Mercer Consultora pone a Bogotá en el puesto 129 en el escalafón de Calidad de Vida Internacional, en un listado que incluye a 231 ciudades del mundo.
La encuesta de Mercer se lleva a cabo anualmente, según informa esta firma, para “ayudar a las compañías multinacionales a compensar a sus empleados cuando son enviados en asignaciones internacionales”.
En ese escalafón el resultado de Bogotá está lejos al deseado por la ciudad capital del país. Su puesto está más cercano al 231 que lo ocupa Bagdad (Iraq), que al número uno, en donde se encuentra Viena (Austria).
A la capital austriaca le siguen Zúrich (Suiza), Auckland (Nueva Zelanda), Múnich (Alemania), y Vancouver (Canadá).
De acuerdo con Adriana González, representante de Mercer, la ubicación de Bogotá en el ranking puede obedecer a factores como la expectativa de un nuevo gobierno de la ciudad, iniciado en el 2016, donde hasta ahora se estaban empezando los planes de desarrollo.
A lo anterior, según González, hay que sumarle “el ruido que se ha producido por posibles privatizaciones”, y a temas relacionados con la seguridad y el tráfico.
La firma que realiza la investigación también divulgó que, en un ranking que mide la infraestructura urbana, Bogotá ocupa la posición 134.
Ese listado mide, entre otros aspectos, el acceso de la población al suministro de electricidad, al agua potable, servicios de teléfono, y correo y transporte público, así como la congestión vehicular y las distintas opciones de vuelos internacionales disponibles desde los aeropuertos locales.
Al respecto, Adriana González comentó que “de acuerdo a los factores evaluados en infraestructura como son transporte, acceso a servicios públicos y congestión, en este sentido la ciudad de Bogotá no tiene la mejor posición comparado con capitales vecinas como Lima (110) y la destacada Santiago de Chile, ubicada en el puesto 84”.
Los resultados divulgados por Mercer llegan justo cuando la ciudad se ve envuelta en una hora difícil por cuenta del proceso de revocatoria de la alcaldía de Enrique Peñalosa, al que el dirigente ha tenido que responder en los recientes días.
De hecho, en respuesta a ese proceso, según El Espectador, Peñalosa ha dicho que durante su primer año de gobierno le dio cumplimiento al plan de desarrollo de la anterior administración, y solo hasta inicios de este año comenzó a ejecutar el que su administración presentó ante el Concejo Distrital.
“No hay forma de demostrar que se está incumpliendo, pues aún tenemos tres años para desarrollarlo”, dijo Peñalosa sobre el plan de desarrollo de su alcaldía, y dijo que respeta la revocatoria como mecanismo de participación, “siempre y cuando se haga bien y realmente haga que nuestra democracia funcione mejor”.
A ese proceso que debe ser resuelto en el Consejo Nacional Electoral (CNE), se le suma la pobre imagen del alcalde cuya desfavorabilidad es del 80%, a la cual tampoco le ayudan las fallas en la operación que causaron la inundación del recién inaugurado deprimido de la calle 94.
De esta manera, la clasificación de Mercer luce como una arista más que se le suma a la hora difícil que vive la capital del país.
Por ello, del alcalde Peñalosa se esperan decisiones que partan desde la institucionalidad y no desde intereses personales, que den soluciones a los problemas retratados por la firma, entre los que se encuentran de movilidad y seguridad, que no son nuevos para Bogotá.