La liberación de secuestrados en manos del ELN es la acción clave que permitiría avanzar en el proceso de paz que se abre con esa guerrilla. Entre tanto, las Farc, que ya están llegando a las zonas de desarme y que se encuentran a puertas de iniciar la dejación de armas, están en mora de entregar a menores de edad reclutados en sus filas.
Por: Prospectiva en Justicia y Desarrollo
El 2017 llegó con la expectativa de que se logre la paz con las guerrillas que más daño han hecho en la historia reciente de Colombia.
La desmovilización de las Farc está prácticamente a horas de ser una realidad, pues los milicianos de ese grupo insurgente llegan a las zonas de desarme. Mientras, el país está a la espera de que el próximo 7 de febrero arranque una negociación que permita el fin del conflicto con el ELN.
Aunque el panorama luce positivo en materia de paz para Colombia, dos acciones se han posicionado como claves para que tanto la negociación de paz con el ELN, como el desarme de las Farc avancen, y así se consolide la paz con esas guerrillas.
Del ELN se espera que liberen a los secuestrados, que según reconoció en RCN Radio el líder de ese grupo insurgente, Pablo Beltrán, aún están en su poder, pues ese acto representaría el fin del delito que más afectó a los colombianos efectuado por esa guerrilla
De hecho, según cifras consolidadas por el Grupo de Memoria Histórica en el informe ‘Basta Ya’, con el 21% de todos los secuestros perpetrados por actores ilegales entre 1970 y el 2010, el ELN fue el grupo que más privaciones de la libertad cometió en esos años en Colombia.
Las liberaciones de todos los secuestrados que aún tiene el ELN es entonces el gesto que el país exige para confiar en que sea posible un acuerdo de paz entre esa guerrilla y el Gobierno.
Sobre el tema, Pablo Beltrán ha asegurado que ya están acordadas unas liberaciones, entre las que se cuenta la del político chocoano Odín Sánchez, las cuales se efectúan hasta el jueves 2 de febrero.
“El acuerdo que se hizo con el Gobierno es que nosotros hacíamos unas liberaciones y el Gobierno otras. Las últimas se cumplen el jueves y dentro de esas está la de Odín Sánchez”, expresó Beltrán.
A su vez, el líder del ELN destacó que en una “mesa humanitaria”, acordada con el Gobierno, que comienza el 2 de febrero, se va a hablar sobre los casos restantes de secuestrados, que aún están en manos de esa guerrilla y que según Beltrán son “muy poquitos”.
El insurgente, de hecho, no se ha referido al dato exacto de cuántas son las personas que siguen privadas de la libertad por su agrupación.
Lo cierto es que la liberación de los secuestrados será uno de los temas que el Gobierno deberá imponer en la ‘mesa humanitaria’ que se creó, y exigir las liberaciones en el menor tiempo posible, pues Pablo Beltrán ha dejado ver que ese gesto no sucederá antes de sentarse a negociar con el Gobierno.

Secuestros y reclutamiento forzado, 2 de los crímenes cometidos por las guerrillas en Colombia. Fotos: Silvia Moreno
Entre tanto, las Farc, con acuerdo de paz firmado, y en pleno proceso de movilización a las zonas de desarme, aún están en mora de sacar de sus filas a los menores de edad que integran esa agrupación armada.
De hecho, el jefe negociador del Gobierno para los diálogos de La Habana, Humberto de la Calle, ha dicho que las Farc no pueden “seguir tomando el pelo con el tema de los menores”, y que “la guerrilla tiene que entender que entró en una fase distinta y que eso implica responsabilidad”.
A de la Calle también se le ha sumado el procurador Fernando Carrillo, para quien no se evidencian avances en el cumplimiento de lo acordado en la entrega de los niños que integran las filas de las Farc.
Para el procurador hay “serios problemas” en la entrega de información sobre el número de niños menores de 15 años que hay todavía en poder de la guerrilla.
La entrega de menores es uno de los gestos claves que se esperan por parte de las Farc, que fue a su guerra contra el Estado colombiano con niños en sus milicias, en una clara violación del Derecho Internacional Humanitario, según lo establecido en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en 1998.
Además, el reclutamiento de menores de 18 años es considerado como un delito en el marco del conflicto armado, para la legislación colombiana, según se plasma en el artículo 162 de la Ley 599 del 2000.
De esta forma, con la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, el país esperaba de esa guerrilla que entregara a los niños que están en sus filas, situación que se ha dado a cuentagotas, y que se lee como un incumplimiento a lo negociado en La Habana.
Así, la liberación de secuestrados, en el caso del ELN, y la entrega de menores reclutados, en el marco del acuerdo firmado con las Farc, se establecen como los dos gestos claves que el país espera de las guerrillas, y que se traducirían en un claro deseo de la insurgencia de alcanzar la paz.
Esos dos gestos permitirían al país creer que el 2017 es el año de la consolidación de una paz que apunta a ser sostenible en Colombia, y apagaría críticas y fuertes oposiciones políticas que ha tenido la decisión del Gobierno de negociar y firmar acuerdos, con esos grupos insurgentes, para dar fin al conflicto al interior del territorio nacional.