El presidente Juan Manuel Santos ganó el Premio Nobel de Paz y consideró el reconocimiento como un ‘mandato’. Tanto las Farc como el Centro Democrático felicitaron al jefe de Estado.  Al tiempo, los negociadores en La Habana declararon que escucharán a los del ‘No’ y que mantendrán el cese al fuego bilateral.

Por: Sergio García Hernández

En la madrugada del viernes 7 de octubre de una semana marcada por la incertidumbre frente a lo que sucederá con el Acuerdo Final, el país amaneció con 2 noticias que dan luces sobre lo que viene.

A las 4 de la mañana, Colombia conoció que el presidente Juan Manuel Santos ganó el Premio Nobel de Paz. Según Kaci Kullmann, presidente del Comité del Nobel en Noruega, el reconocimiento se entrega por el esfuerzo del jefe de Estado colombiano “para acabar una guerra que ha costado la vida de por los menos 220 mil colombianos y que ha provocado el desplazamiento de unas 6 millones de personas”.

Kullmann se refirió sobre la derrota del ‘Sí’ en el plebiscito, a lo que dijo que invita a que se mantenga el cese al fuego bilateral y a que las partes se comprometan con la paz ante “el peligro real de que el proceso de paz termine y de que la guerra regrese”.

Santos, en su primera alocución como Nobel, dijo que el premio “es un mandato para seguir trabajando por la paz”, y que el gran propósito ahora es “ganar el más importante premio, la paz de Colombia”.

A su turno, el expresidente Álvaro Uribe felicitó a su sucesor, aunque le reclamó “cambiar acuerdos dañinos para la democracia”.

Mientras, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’, comandante de las Farc, también aplaudió a Santos, así como a los países garantes del Acuerdo Final “sin los cuales sería imposible la paz”.

De esta manera, el Premio Nobel de Paz fue reconocido por diversos sectores de Colombia como un triunfo merecido del presidente y un respaldo al proceso de paz. Esta noticia puede significar que exista un mayor compromiso de todas las partes que ahora participan en el diseño de un acuerdo definitivo.

La responsabilidad que implica estar en los ojos del mundo y el costo político que puede tener una eventual vuelta al conflicto, sin duda obliga a todos los actores que participan en el proceso de paz a lograr un acuerdo.

Así, desde Santos, pasando por Uribe y las Farc e incluso la ONU -que en algún momento resaltó por su silencio luego de la victoria del ‘No’- y sobre la que se planteó incluso su salida del país, tienen también ‘el mandato’ de lograr direccionar un proceso que resulte en un fin del conflicto con las Farc. Pues, está claro que el mundo y los colombianos cobrarían políticamente cualquier salida en falso o a favor de intereses personales.

Cese al fuego bilateral se mantiene

Luego de conocerse que Santos ganó el Premio Nobel, una segunda noticia fue conocida en el país. El jefe negociador del ejecutivo con las Farc, Humberto de La Calle, leyó un comunicado conjunto, en el que el Gobierno y la guerrilla concluyeron que las 2 partes reconocen el triunfo del ‘NO’, así fuera por estrecho margen.

A su vez, de la Calle informó que las Farc y el Gobierno consideran conveniente escuchar a los diferentes sectores de la sociedad, para entender sus preocupaciones, y que “las propuestas de ajustes y precisiones que resulten de ese proceso, serán discutidas entre el Gobierno Nacional y las Farc”.

El comunicado conjunto también reseña que tanto la guerrilla como el Gobierno se comprometen con “mantener el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo decretado el pasado 29 de agosto, y el monitoreo y la verificación por parte del mecanismo tripartito.  Así como también, las garantías de seguridad y protección de las comunidades en sus territorios”. Lea el comunicado conjunto completo

De esta manera, Colombia amaneció este viernes 7 de octubre con un presidente Premio Nobel de Paz, que pone presión a todos los sectores políticos que tienen responsabilidad con un fin del conflicto con las Farc.

Además, el país despertó con un comunicado conjunto de las Farc y el Gobierno en el que se garantiza el cese bilateral del fuego, que además busca comprometer tanto a los representantes del ‘No’, así como a las Naciones Unidas, para que no se opongan ni abandonen la búsqueda de la paz.